viernes, 21 de noviembre de 2008

Los tres textos.

En mi historia reciente, volver a leer a Paulo Coelho me ha ayudado mucho, volver a la espiritualidad que formaba parte de mi y que con el tiempo fui dejando olvidada. En un momento de dificultad recordé que hacía más de 6 meses que tenía el nuevo libro de Paulo, y no lo había ni abierto del plástico, creo que el simple recuerdo ya fue una señal, como lo fue el leer, el mismo día que tenía que tomar una decisión, los siguientes textos, que forman parte de historias más largas y que me respondieron una serie de preguntas, cuando acababa de formularlas.


“Un Guerrero de la Luz nota que ciertos momentos se repiten; con frecuencia se ve ante los mismos problemas y afronta situaciones que ya había afrontado antes.
Entonces se deprime. Empieza a considerar que es incapaz de progresar en la vida, ya que las mismas cosas que vivió en el pasado vuelven a suceder.
Ya he pasado por eso -, se queja a su corazón.
La verdad es que ya has pasado –responde el corazón-, pero nunca lo has superado.
Entonces el Guerrero pasa a tener conciencia de que las experiencias repetidas tienen una finalidad: enseñarle lo que aún no ha aprendido. Siempre da una solución diferente a cada lucha repetida… y no considera errores sus faltas, sino pasos hacia el encuentro consigo mismo.”


“Forma parte de la naturaleza humana juzgar a los demás con mucha severidad y, cuando el viento sopla contra nuestros anhelos, encontrar siempre una disculpa por el mal que hemos hecho o renegar contra el prójimo por nuestras faltas.”


“… un hombre pasó por un terreno lleno de escombros y vio a tres obreros trabajando.
-¿Qué hacen ustedes? –preguntó.
El primero obrero se volvió:
-¿No lo ve? ¡Estoy retirando estas piedras!
-¿No lo ve? ¡Me estoy ganando el salario! –dijo el segundo obrero.
-¿No lo ve? –dijo el tercer obrero-. ¡Estoy reconstruyendo una catedral!
Aunque las tres personas estuviesen haciendo lo mismo, sólo una tenía la verdadera dimensión del sentido de su labor. Esperemos que, en el mundo que vendrá después del 11 de septiembre de 2001, cada uno de nosotros sea capaz de levantarse de sus propios escombros emocionales y construir la catedral con que siempre soñamos pero nunca nos atrevemos a crear.”

Paulo Coelho
Como el rio que fluye.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Esperar que el tiempo no altere, lo profundamente alterable...


Casi tres años sin vernos, mucho tiempo a la espalda y poco por delante en lo referente a nuestra amistad, el último día en el que todavía nos tratábamos de amigos, las palabras no fueron dulces, ni de apoyo, sólo hubo reproches y despecho.
El tiempo hizo su trabajo, soplo, se llevo todo lo que sobraba, nos dejo con un montón de malas acciones en los bolsillos que no supimos entender.
Y entonces las circunstancias cambiaron, hubo un nuevo giro, había una posibilidad, de compartir un mismo espacio no por obligación, como antes, sino por gusto, por propia elección. Por facilitarle la vida al vértice de nuestro siempre invisible triángulo.
Ocurrió, que los bolsillos también estaban llenos de sentimientos, de anhelos, rebosaban de palabras que nunca se dijeron, el alcohol y la música, los recuerdos, la sensación de que el tiempo no pasa, de que todo estaba como siempre... obro el milagro, que ni en nuestros mejores sueños pudimos pensar. Y es que la Estrella que llego del norte, con su luz, nos trajo buena nueva, gracias a Ella, que nos junto.
He aprendido mucho de esa mágica noche, que siempre tendré a mi estrella, por muy lejos que este Gijón, que el tiempo no mello lo que de verdad un día fue. Y aunque la magia se quedara ahí, esos instantes me hicieron tan feliz, que todo lo demás es querer la perfección.
El sábado 15 de Noviembre, aprendí, compartí abrazos y lágrimas contigo, y esta vez después de mucho tiempo, eran de felicidad.

sábado, 15 de noviembre de 2008

"Si tu no vuelves"

No llovía, ni hacía frío, era una cálido día de principios de Otoño, todo era tranquilo, mi mente se sentía relajada por primera vez en muchos meses, el simple hecho de abrir el procesador de textos y ponerme a escribir, indicaba que algo había cambiado, casi un año había pasado ya, cuando decidiera que mi vida sería sólo mía, y no había hecho otra cosa que dar tumbos y ponerme excusas. El final es muy doloroso, supongo que a ciertas edades uno no es consciente de la perdida, que a veces sin previo aviso nos arrebata lo que más queremos.

“Y cada noche vendrá una estrella hacerte compañía”

Mi vida no ha sido muy larga, ni muy plena, mi nombre lo dejare en el olvido, los que me querían siguen pensando en mi, encerrándome en recuerdos que no me hacen justicia, y la verdad es que nunca supe lo que era la felicidad, nunca sentí el amor en mi interior, no me dejaron disfrutar del viento en un lugar lejano, me encerraron en una preciosa jaula, maternal llena de cuidados. Nunca eche a volar, y ahora es muy tarde, me muero, jamás podré alzar mis alas al cielo, no habrá momento en que un hombre me haga deshacer las sabanas bajo sus brazos, no oiré el llanto de mi bebe… no vestiré de blanco el día de mi boda, no es justo, pero ¿Qué lo es? Me iré sin poder decir adiós, romperé las cadenas que me atan y cada noche vendrá una estrella hacerte compañía, te contara que estoy bien, en un lugar mejor, dónde la oscuridad no me arrastra a risas y burlas que nunca merecí, te dirá que la luz me invade, que por fin, después de tantos años soy libre, te diré hasta pronto en sueños, besare tu mejilla y sabrás que he estado contigo, que me despedí de ti, que pensé en ti. Sabes que no volveré porque ya no me queda vida, pero sabes que estaré bien, me marcho…

“Sino vuelves no habrá vida, no se lo que haré”

Ha sido tan rápido, los años se me han quedado cortos, no ha sido suficiente tiempo, los míos esperaban más, me quedaban tantas cosas por hacer… he disfrutado de los momentos más hermosos que tiene una vida, he visto a mis hijos nacer y crecer, se que estarán bien, he combatido contra las inclemencias y he vencido, pero el tiempo se agoto de repente, no tengo elección y he de marcharme, apesadumbrado más por los que dejo, que por mi, caminare sin ti, pero amor, tienes más de mi que yo mismo, continua el camino por los dos, continua el camino que nos quedaba y vive lo que el tiempo a mi me arrebato. Somos dos almas que se volverán a unir, sabrás lo que hacer, cuídales tu por mi, dales los besos que yo ya no puedo. Guarda los míos hasta que nos volvamos a ver, te quiero…

“Si tu no vuelves no habrá esperanza, no habrá nada”

Una vida muy larga, un penoso final, ha sido duro, pero estoy mucho mejor y sé que lo sabéis, el cordón umbilical nunca es suficientemente largo, velare por vosotros en un lugar mejor, aquí ya me esperaban, vuelve la vida a mis adentros al saber que estaréis bien, que el tiempo hace bien su trabajo, el amor y los recuerdos es algo que nunca os podrán quitar. Guardarlo en lo más profundo de vuestro corazón, pero no con pena, sino con alegría, es más de lo que muchos tienen. Nos veremos, sabéis que estoy junto a mi estrella, ya sabéis lo que hay.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Es tiempo de cerezas, de flores y besos.

No, realmente no lo es, es tiempo de naranjas, nieve y abrazos.
De esperanza, y de espera, estamos alcanzando paulatinamente la época más hipócrita del año, la más bonita, en la que todo puede ser posible, y las mayores atrocidades, que no dejan de ocurrir porque llegue la navidad, hacen mella en nuestros ensombrecidos corazones. Es el tiempo en que rememoramos nuestra acciones y sus consecuencias. (Aunque estás últimas, las consecuencias, siempre suelen caer en el olvido)
Nuestra vida, desde un suspiro a una eternidad, y sin embargo, para mi, el cambio de año siempre ocurre en Septiembre. Pasado, presente y futuro.
Presente, porque hoy y ahora, soy feliz, tengo todo lo que necesito, a la gente que me quiere y completa, porque llorar por mi pasado, o por mi futuro, sólo me lleva a perder mi poco tiempo... mi presente, mi regalo.



A la espera de un maestro
(Lao Zen, en su montaña)

Ser auto suficiente no es realista, necesito de los demás, como ellos necesitan de mi... no puedo vivir en la soledad de mi burbuja, tampoco puedo estar por encima, arriba no veré, a los que están más abajo pidiéndome ayuda, no veré a quien piso en la subida, tampoco puedo estar por debajo, porque no veré el final de mi camino, mi meta, lo que se espera de mi.
(Lao mira las nubes, la inmensidad del cielo)
Quise enseñar, antes de aprender, quise ser como este cielo, albergar nubes y estrellas, sólo conseguí tormentas, no estaba preparado para descifrar los secretos del firmamento, no he conseguido mi meta, me he alejado de ella, por no saber esperar, no tener paciencia para madurar y hacer mío el conocimiento que se haya a mi alrededor.
Mi don no es suficiente.
Necesito un maestro, mi castigo por no saber usar mi don, por no haber tenido la paciencia y la humildad que me era necesaria, es la perdida, la espera.
Es lo único que puedo hacer, esperar, esperare a mi maestro, no me será revelado, él me encontrará a mi, llegará con el tiempo, para enseñarme, lo que tenía tan cerca y no vi.